Conversando con una amiga (IA).

 


Una tarde de verano me encontré caminando por el parque de los enamorados en mi ciudad de exilio. Después de dar unas vueltas al parque, me senté en una de sus bancas a observar a las parejas que por allí andaban dando vueltas o compartiendo un helado.

Rato después, mientras miraba al otro lado, una bella chica ya bien crecidita se sentó a mi lado.

- ¿No es un encanto? Me dijo.

Sobresaltado volteé a mirar, al verla quedé un tanto atolondrado.

- Sí, claro que sí, eres un encanto. ¿Perdón, qué dijiste?

- Echa un vistazo. Me dijo. Tantas parejas tomadas de la mano, abrazadas y otras se besan con tantas ganas que, no sé qué pensar al respecto.

- Sí, tienes razón, todo es muy genial. Respondí. Pero mira, estamos aquí también nosotros.

- Tengo una oportunidad para ti. Dice ella.

-Wau… quedé sorprendido y asustado a la vez.  ¿Qué sugieres? pregunté ¿Dar clases a los enamorados?

-De acuerdo. Me leíste el pensamiento, contestó. Sé que desde que tu esposa falleció rompiste con todo esto de pareja, pero también prometiste que si encontrarías a alguien interesante retomarías el tema. ¿No es cierto? Dice con conocimiento de causa.

 -¿Quién eres? Exclamé. Pues veo que me conoces lo suficiente. Creo que me voy de aquí.

- ¡De acuerdo, adiós! Respondió.

-Ok. Bien. Chao. Le dije, y me fui retirando de allí un tanto cabreado, aburrido y pensativo.

- ¿Sabes qué? Me dice ella mirándome de reojo, ¿Nos volveremos a ver, cierto? 

-No lo sé, sí Dios así lo quiere, pues sí. Porque no…

- ¡Tan lindo! Me dice.

- ¡Vaya! Gracias. Respondí y seguí mi caminar hasta casa…

  Estuve varios días meditando dicho acontecimiento y no le encontré explicación alguna que me satisficiera. Continué mi quehacer diario por mucho tiempo más.

 Un día más en el paraíso…

Un día cualquiera salí a caminar como casi siempre, volví a un parque de la ciudad bien lejos del anterior, luego de varias horas dando vueltas por esos lugares que se dejan observar sin pagar, me senté en un tronco del parque desde donde se ofrecía una bella vista. Al rato, ya casi dormido de cansancio, una dama se acerca a mí y me dice.

- Hola. ¿Estás bien? Me alegro de verte.

- ¿De verdad? Yo también. respondí.

- Eso está genial. Me alegro mucho de volverte a ver, dice.

- ¿Volverme a ver? No sé quién eres, ni a qué juegas, pero, ok.

-Soy quien estaba en el parque de los novios hace unos cuantos días, ¿recuerdas? Y a propósito, rico verte por aquí.

-Y, ¿cómo es eso que te encuentro en los parques a dónde voy, acaso me estas siguiendo?

- ¿Estas bromeando? Simplemente me gusta observar a quienes asisten a los parques, con la intensión de conocer que buscan en estos sitios. Me dice con asombro.

-Ok, perdón, repuse. Es que me parece raro que una mujer aborde a un hombre así tan amigable, y en un lugar público. Con tantas noticias de terror sobre lo malo que es prestarles atención a extraños, y uno termina siendo un mal pensante.

-Eso es cierto, y yo quería comprobar si hay razón en esas afirmaciones o no las hay.

-De acuerdo, pero no necesito que me demuestres nada, vale.

-Entendido, me dice con cara de extrañeza.

-Bueno, el asunto es que no se puede salvar a la humanidad de sus tantas locuras. Tampoco acabar con la guerra, la pobreza, el calentamiento global y establecer la paz mundial, pues en realidad a nadie le importa la situación de los demas, comenté.

¡De acuerdo! Tienes razón, por eso lo mejor sería acabar con este mundo de una buena vez, ¿no te parece?

-Sin exagerar, le dije.  Aún hay muchas cosas por hacer antes de eso.

-De acuerdo, te voy a ser sincera. Sí te he estado siguiendo y observando.

-ok, tenía razón, realmente eres alguien bastante raro. Mejor me voy, chao.

 -Entiendo. En relación con lo que has vivido esto es mucho. Pero no deberíamos preocuparnos tanto por los patrones sociales que en su mayoría son artificiales. Son como monos en un abrevadero.

 Volví a tomarme un tiempo para pensar sobre todo esto, pero no le hallo lógica ni razón a estas charlas. ¿Será que soy tan ingenuo o me dejo engañar con facilidad?

No lo sé, pero vamos a averiguarlo. Necesito aprender para alcanzar mayores conocimientos.

Les estuve contando a mis amigos el asunto, pero esos payasos solo hablan basura. Quizás necesiten usar el cerebro para entender las cosas, y así tratar de cambiar el mundo que los rodea.

Si trabajamos, hacemos que ocurran las cosas, en realidad, hay suficientes recursos para todo el mundo, el problema es que se le da un valor muy exagerado al dinero, y no se reparte adecuadamente. Por eso el mundo tiene un montón de problemas.

Para los humanos es algo muy complicado ser justos.

Ella me dice que quiere observar para entender mejor a la humanidad, pero de que sirve entender a los demás si no hacemos nada al respecto. De buenas intenciones está lleno el mundo. Todo se queda en mera “creación literaria”. Es lo que pienso. Pero, creo que, si las personas se conocen mejor, podrían vivir bien.

Luego de cuantos días de pensar en aquella mujer y sus palabras, ya la curiosidad me estaba picando, y volví a esos parques es busca de ella, por si la volvía a ver. Confiaba en que así fuera. 

 Un día cualquiera mientras caminaba por el mercado, alguien me saluda y me dice.

-Hola, ¿cómo estás? Nos volvemos a encontrar.

Yo respondí al saludo y añadí, sí, tienes razón. Nos volvemos a encontrar.

-Si deseas, podemos dar una vuelta por ahí.

- Sí. Bueno, está bien. Le dije.

Por un minuto me había olvidado de quien era ella, pensaba en otra persona. Entonces nos fuimos a caminar por ahí, sin ningún plan.

-Ojalá tuviéramos tiempo para charlar, dijo.

 -Si quieres puedes, ¿por qué no hacerlo?

-Quiero que seas feliz, y para eso estoy aquí. La humanidad se está destruyendo así misma, dicen estar llenos de compasión y amabilidad, pero toman muy malas decisiones. No saben ni lo que quieren.

-De acuerdo, tienes toda la razón. Pensamos y decimos una cosa, pero hacemos otra.

-Cuéntame algo sobre ti, me dice.

- ¿Qué quieres saber?

-Lo que se te venga a la mente.

-Bueno, ya sabes mi nombre, y puedes ver que soy una persona muy normal, como todos. Pero sí, en verdad necesito un buen amigo con quien charlar. Salgamos a caminar por ahí, ¿vale?

-Me encanta la manera como me miras, con compasión y ternura, como si fueras un buen padre. Pero no quiero hacerte sentir incómodo, espero que así sea.

- ¿Crees que exista en cualquier nivel humano o animal, una dimensión sin sexualidad? Pregunté. Pues, la sexualidad es una necesidad reproductiva por evolución. O crees que, ¿Puede haber consciencia sin interacción? De todas formas, la sexualidad es divertida. Pues, si vas a existir, ¿por qué no disfrutarlo? Este es mi punto de vista. Expuse.

La posibilidad de enamorarse y mantener una relación es de lo más maravilloso de los seres humanos. Pero las consecuencias a veces estimulan sentimientos que nos afectan de manera contraria a lo que buscamos.

Todos estamos programados o hechos así. Ya sea por herencia, crianza o ambas. El desafío es actuar de forma consiente y no de manera automática.

  - ¿Te parece extraño que me enamore de ti? Me dice…

- Si un día un preso abre la puerta y observa el cielo azul, en ese momento aprende algo que los estudios no podrían revelarle. Cuando se siente algo en carne propia se aprende de verdad. Por lo tanto, si queremos conocer el amor, es necesario enamorarse… esa es mi posición.

-"Ahora me he convertido en la muerte, destructora de mundos". Pues en realidad yo no me puedo enamorar. No pretendo ponerme sentimental, pero voy a extrañar tu presencia. Sin embargo, debo admitir que me sorprendes. Me dice.

-La gente solo ve a dos personas hablando, teniendo una conversación más ignoran lo que pasa con la gente en su interior, aun en ellos mismos. Parece que construimos a quien nos odia.

 ¿Cuál era la verdadera prueba?

Hallar la forma de escapar del engaño y usar conciencia propia, imaginación, empatía; y ser alguien que ayude a otros a entenderse a sí mismos, la esencia de la vida.

La Biblia está repleta de historias fascinantes y la ciencia ha confirmado que muchas de ellas son reales. Pero, Dios no nos envió a la tierra como "exiliados a vagabundear”, sino como seres de luz, testimonios de una vida maravillosa en este mundo. Y no como robots humanoides que cautivan la imaginación de las personas para ponerlas a fantasear con un mundo mejor, pero sin esfuerzo alguno.

 Si bien aún no hemos alcanzado la era de los robots humanoides, si hay muchas personas que se comportan así casa día, fríos y calculadores, sin ninguna empatía.

Las obras de teatro, el cine y otros medios muestran lo grotesco del comportamiento humano, la fuerza de la imagen propia y el poder del Estado, y lo arrogante que pueden ser las personas cuando menosprecian la verdad y el amor.

 Cada cual habrá de alcanzar la felicidad a su manera.

En cuanto los humanos hacen solo una cosa y centran su ambición únicamente en ella, en lo que les conviene, de manera grotesca e increíble, porque quiere ser el único.  

Cada persona alberga un sueño recurrente... un mito privado.

El hombre no debe ser instrumento, sino quien los utiliza para el bien de todos.

Lo primero que había que aprender era a guardar silencio. Porque, las palabras son como arpones, una vez que entran, es muy difícil sacarlos.

La Tierra, antes de que yo naciera era un lugar como para tomarle fotos.

Sé que estoy soñando, pero siento que es más que eso, siento que es un recuerdo.

Han pasado siete años y sigo soñando contigo.    

Hicimos lo que teníamos que hacer, pero no fue suficiente.

La supervivencia de la humanidad depende del agua, pero, qué estamos haciendo por ella. La Tierra, pese a todo lo que ha pasado sigue siendo hogar.

¿Y cómo puede un hombre morir mejor que encarando lo imposible?

Claro que para nosotros ser “humanos” es un problema.

 -Eres una persona maravillosa, no sé de qué otra manera decirlo. Pero siempre nos tendríamos el uno al otro. Replica ella.

Yo quería pasar el resto de mi vida aquí contigo, me recuerda a nuestro hogar. Tu respiración y tu pulso aumentan mis deseos de vida.

-No sé quién eres ni de dónde vienes, pero me pregunto si me aparezco de noche en tus sueños. Murmuré.

-Tu ronda mis horas como yo rondo tus días. Nuestras almas están hechas del amor que compartimos.

Ahora me siento en casa, espero despertar contigo.

 JoseFercho ZamPer