Que aprendimos en la cuarentena.





Desde mi casa contemplo las calles vacías, y pienso; “Yo no estoy seguro de que salgamos siendo mejores personas de este encierro”.

Como caminante solitario, es normal que mis paisajes se hallen un tanto vacíos, pero ahora mismo estoy observando unas escenas un tanto fantasmagóricas. 

Al mirar fotos en internet, de las ciudades del mundo totalmente vacías en estos días, he podido apreciar la belleza de su arquitectura, pero vaya que, asusta. Y porque siento eso, pues me da un tremendo pánico al pensar que estuviesen vacías porque ya no hay gente. Me recorre un escalofrió por dentro, al imaginarme que sus gentes simplemente ya no están, desaparecieron, se esfumaron. Esto me arruga el alma, pues la vida no puede parar.

Los artistas en general trabajan solos, en silencio. Uno se acostumbra a eso y no se siente aislado, el problema es la cuestión económica, pues el mundo ya está pasando hambre. 

Cómo es que, un hombre y una mujer se encierran por unos días, y terminan peleándose, eso me inquieta mucho, pues deberíamos salir más felices y unidos. 

Las ciudades de hoy son el retratado del interior de muchos seres humanos, por fuera se ven hermosos y pacíficos, más la procesión está por dentro. Es una pena eso, con tantos a nuestro rededor, y ¿nos sentimos solos?

En estos días de encierro, muchos solo piensan en salir de esto, pero ¿Cómo seremos después? ¿habremos aprendido algo? ¿seguiremos siendo igual de malas personas con todos? Sobre todo, con nosotros mismos.

Espero que No, en verdad deseo que aprendamos alguna lección, y me da rabia el solo pensar que, luego de esta horrible noche, todo siga igual.
 
Yo soy de los que creen que las personas podemos cambiar, que el hombre sabe escuchar y aprender. Sobre todo, en nuestro enfoque de lo que es la vida, espero con fe que, sepamos llegar a eso. Tenemos que ponernos en paz con la naturaleza, principalmente con nuestro otro yo; nuestro semejante. Pero, para muchos, el único objetivo en este mundo es acumular dinero, sin importarles el costo para los demás. ¡Eso está muy mal! 

Necesitamos urgentemente un cambio de valores, cuestionarnos y buscar objetivos más valiosos, donde el hombre se integre con los otros hombres por el bien de todos. 

De lo contrario; que se queden solas las ciudades. 


JoseFercho ZamPer 

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