El
escritor es un historiador intelectual que elabora hipótesis conflictivas. La historia
es un relato, la verdad una ilusión, la investigación es todo un modo de vida.
Los
discursos literarios son todo un diálogo de saberes, la realidad se nutre de la
imaginación y de la capacidad inventiva del autor.
El
Escritor en el transcurso de la Historia ha hecho más conscientes a los seres
humanos, procurando compartir su conocimiento al mundo. La Literatura no es un
mero ejercicio intelectual, sino que aporta soluciones al ser social.
El
escritor condensa lo intelectual con el arte, dándole vida al discurso, estableciendo
así un acuerdo entre el escritor y el lector.
Su
mirada, da mayor valor al acontecimiento, con su rostro oculto en la
maquinación, lo intuye todo, se enfrenta a lo inestable y transforma los
indicios en material probatorio que devela el destino de los personajes.
Lo
humano y divino subyace en la sociedad como el sistema de emociones, porque el
amor es poesía.
La
ficción es un recurso retórico usado sin duda alguna con fines políticos, bajo el
poder de la sombra, es decir, un conjunto de preceptos que modela y controla a
la sociedad por vías subjetivas. El Estado la usa como una terapia analgésica,
un recurso para mantener la cohesión en torno a unas lógicas de autoridad.
La
Literatura se torna ambigua, cuando trata de alcanzar la verdad mintiendo.
El
escritor se atreve a ahondar en los vacíos de la Historia, dándole un sentido
narrativo, para trasformar la memoria de los hombres. La historia nunca es de
una sola manera.
Cómo
explicar que las nuevas generaciones nacen con la muerte a cuestas, porque los dirigentes
hicieron de su retórica un instrumento para azuzar la violencia, la lucha
sangrienta entre las naciones.
La
Literatura traspasa el plano de la ficción mostrando las razones por las cuales
la mujer se hace eterna en el mundo de los hombres.
El
escritor en su esencia y sentido, lo sabe todo, y anuncia el mundo de otro
modo.
JoseFercho ZamPer
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