“Mi
conciencia revolucionaria”.
Los anhelos y necesidades de quienes sufren en el
mundo se han convertido en un gran negocio para los politiqueros y avivatos.
El aire está viciado, los ríos contaminados, los
suelos están estériles, pero la cantidad de miles de millones que se han
destinado para solucionar esos problemas no dan ningún fruto, pues la gran mayoría
de los recursos se los roban en el proceso.
Y estas realidades se prolongan en el tiempo y en el
espacio, esto se ve tanto en el rio Bogotá como en la Sierra Nevada de Santa
Martha, así mismo en la gran mayoría de los ríos y quebradas del país.
Igualmente sucede con las basuras de las ciudades,
todas las poblaciones desechan miles de toneladas al día, y esto va a
contaminar los ríos y quebradas además de los campos del país. Nada de eso se
recicla de verdad, pero todos pagamos grandes cantidades de dinero por recolección
de basuras en las ciudades para que vayan a botaderos a cielo abierto a
contaminar dichas regiones y con ello, enfermar y afectar en todo sentido a sus
habitantes.
Esto quiere decir que la sociedad es incapaz de
avanzar en sus propósitos de bienestar y ganar la batalla contra el hambre y la
miseria.
La mayoría de los gobiernos evaden su responsabilidad
en estos asuntos, argumentando falta de recursos, pero cada vez se asignan mas
dineros para la lucha por el medio ambiente y sus consecuencias, sin resultados
favorables a las necesidades que nos aflige.
Y nada más paradójico que la gran mayoría de las
personas que sufren hambre y malnutrición en el mundo viven en zonas rurales, y
sus tierras son cada vez menos productivas, más desérticas.
Muchos de ellos prefieren sembrar cultivos ilícitos
que cultivar alimentos, porque quienes deben contribuir desde el sector público
y privado al desarrollo de las medidas adecuadas para que el campesino sea artífice
de su producción y progreso, no lo hacen.
Los directos y principales afectados de esta
desgracia son considerados meros receptores de ayudas que, solo los hace dependientes
de otros. Y cuando un pueblo se acostumbra a depender, no se desarrolla. Prueba
de esto son los países que mal se hacen llamar comunistas o socialistas.
Creo que a las “iniciativas empresariales para el campo”,
“les falta conciencia” y les sobra “ciencia”.
Porque invierten en los proyectos grandes cantidades de esfuerzo y
dinero, pero no hay a quien ni a donde llevar los productos que se recolectan,
se carece de comercialización, mientras en las ciudades hay escasez de alimentos,
en el campo se están perdiendo, y la excusa es que hay abundancia y su precio
es poco.
En cuanto al tema del cambio climático y el
desarrollo sostenible, una es la teoría y otra la práctica, aunque el planeta
es rico en recursos naturales, el hombre se ha apoderado de la naturaleza, y
está explotándola como suya, sin importarle el daño que le hace a los demás. Está
acabando con su biodiversidad, con el agua, con el aire, además de los bosques y
suelos.
Se trata de dejar atrás los hábitos nocivos y destructivos,
superar el individualismo y el consumismo atroz, vivimos en una ilusión
progresista a costillas de la tierra.
Todos esos grandes proyectos que se realizan
basados en la naturaleza, como las grandes hidroeléctricas, las grandes ganaderías
y los grandes cultivos industriales, están encareciendo cada día mas el oficio del
campo, y los precios en la ciudad son cada vez más elevados para el consumidor
final.
Y que decir de las grandes explotaciones mineras,
sean legales o ilegales, mientras más escarban la tierra, más contaminación ambiental
hay, y los costos se elevan cada día; la mano de obra se hace mas barata y los
productos resultantes como: la gasolina, las joyas, los metales y demás derivados
tienen precios inalcanzables para el pueblo.
Mientras no adquiramos conciencia social y global
de lo que está sucediendo, no habrá, justicia y mucho menos paz.
JoseFercho ZamPer
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