A contra cara.
En
medio de un universo en llamas, lastimoso y sombrío, estéril, arbitrario y vacío,
era el tiempo cuando reinaba el caos, pero, en tan solo un instante todo se
transformó.
Alguien
con un amor muy grande y con gran poder, le dio orden al universo generando así
la vida en la tierra. Pero, el intelecto humano en medio de la naturaleza salvaje
se sobrepasó y por su mentira inmoral, lo devolvió al dolor.
Reflexionando
sobre la verdad y nuestra pretensión desmedida de dominarlo todo, se fue al
traste la imagen objetiva del mundo.
Tras
hacer de la verdad una burla, el ser humano se cree importantísimo, aunque
desde un punto de vista cósmico no lo es; comienzo a acabar con la vida después
de nacer.
La
vida en sociedad supone algún tipo de compromiso y de confianza. El origen del
interés humano por la verdad está asociada a la supervivencia.
Muchos
se fijan en su mente lo que ellos desean, debe ser verdad, es decir, se ha
inventado una verdad para sí, a la cual llegar algún día y ser reconocida como
tal. Dando origen al contraste entre verdad y mentira, o a una dialéctica de la
razón que no lleva a nada. “La dialéctica es un proceso y no una cosa y es,
además, un proceso en el que no tienen ningún asidero las separaciones
cartesianas entre la mente y la materia, entre el pensamiento y la acción,
entre la conciencia y la materialidad, entre la teoría y la práctica”, Toda
una sinrazón.
Pero
luego la verdad deja de importar en sí misma, porque llega el olvido, como
resultado del lenguaje arbitrario utilizado para tratar de explicar la verdad; pues,
se dividen y subdividen las cosas en géneros, designamos al árbol como
masculino y a la planta como femenino; extrapolando la misma arbitrariedad en más
arbitrariedades, delimitando la parcialidad en una propiedad de las cosas, como
de muchas otras expresiones idiomáticas de la lengua; hasta llegar a la conclusión
de que, al comparar unos con otros no muestra las verdaderas diferencias que son
hacen distintos, y que, con meras palabras no se llega jamás a la verdad ni a
una expresión adecuada de ella. El hombre se olvida de que a través de las palabras
se puede recrear la realidad que se desea, pero que jamás se puede demostrar
una verdad con palabras, si no, con hechos. Ya que las palabras no alcanzan a
las cosas en sí mismas, pues existe una gran diferencia entre el mundo que se nos
presenta a través de palabras como una versión de las cosas que responde a
nuestros intereses; y el mundo que podemos ver y tocar con nuestros sentidos. En
estos casos “La verdad es incompatible con los hechos”.
Entonces,
¿Qué es la verdad? se pregunta Nietzsche y se responde: “Un
ejército móvil de metáforas, metonimias, antropomorfismos, en resumidas
cuentas, una suma de relaciones humanas que han sido realzadas, extrapoladas,
adornadas poética y retóricamente y que, después de un prolongado uso, a un
pueblo le parecen fijas, canónicas, obligatorias: las verdades son ilusiones de
las que se ha olvidado que lo son, metáforas que se han vuelto gastadas y sin
fuerza sensible, monedas que han perdido su troquelado y no son ahora
consideradas como monedas, sino como metal”. Espero comprender este genial significa.
La
verdad es una herramienta que el lenguaje ha utilizado para concebir el mundo,
acomodarse a él y poderlo manipular.
De
acuerdo con lo anterior, “las mentiras se convierten en lo que nos hace
verdaderamente humanos y nos permite comprender el mundo del otro”.
Mientras
más mentimos, más dominio ganamos o, consultemos a reyes, gobernantes o líderes
que a través de las mentiras fundan antagonismos con la noción de verdad para
poder repensar el mundo de los significados y someterlo a sus deseos.
El
mundo se mueve a través del antagonismo entre verdad y mentira, pues la verdad
no tendría el peso de verdad, sin la noción del peso de la mentira, para que
haya verdad, se necesita la mentira, por eso, el mundo de la verdad es un mundo
dependiente de la mentira.
Porque
las nociones de belleza, fealdad, miedo, tranquilidad, muerte, vida, violencia,
paz, bueno o malo, es decir, todo el conjunto de emocionalidades, sentimientos,
prácticas culturales, educativas y de vida, están condicionadas por la verdad y
la mentira.
Lo
que para unos es feo para otros suele ser bonito, o lo que es malo para otros
puede ser bueno, todo depende de conqué valores se midan los sentimientos o la razón.
Miremos
las redes sociales y cómo manejan este tema de verdad, ellas han conjugado las
verdades y mentiras en una sola, constituyendo las “fake news” cuyo objetivo es
desinformar deformando la verdad.
Con
tal suerte vemos que la gente camina a la deriva, como un montón de
desorientados que hacen cosas extrañas o que actúan con una lógica tan ilógica
que desconcierta por la falta de cordura. Por todas partes falta el buen juicio
como en la ciudad donde el polvo y la niebla oscurecen sus calles aun estando
de día. Con el bulto al hombro cargado a regañadientes y montados en el bus de la
locura donde en cada curva nos revuelve la bilis y sin música de fondo; todo un
verdadero caos. Aquí no hay premios, todos somos castigados por la exasperante
lentitud de los agentes de la ley y el orden; como un tributo a la idiotez
humana.
Hay
muchas cosas en la vida en las que pensar, por lo que me tomo mi tiempo para
hacerlo sin dar cabida a lo intrascendente, aunque ello me atropella a cada paso.
Sucede
en todo el mundo que los humanos se dejan llevar por sus pasiones partidistas o
religiosas, motivadas por fanáticos de mierda que lo único a que aspiran es a
hacerte pelear consigo mismo o con los tuyos; aquellos que vociferan y chiflan mostrando
sus puños sin dar un puñetazo a nada, tan solo dejándose llevar por sus
instintos primitivos.
Durante
milenios, la humanidad se ha masacrado por motivos que, en principio, parecen serios,
pero que en realidad se componen de fanatismo nacido más en la mente y en la
fantasía de los hombres que en la realidad; como lo han sido las guerras donde
la única ganancia que han dejado es la situación dramática de los pueblos.
Sin
embargo, la cosa no es tan sencilla por cuanto la mentira ha cautivado la
atención del mundo entero, donde por medio de mentiras se han desvirtuado los valores
y derechos humanos y se han convertido a mendigos en los más ricos del planeta.
Corolario. En resumen, conclusión o summary: “En este
mundo de mierda, nada es verdad y nada es mentira, todo depende del color del
cristal con que se mira.”
JoseFercho
ZamPer
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