Las ciudades. Un mundo asombroso, pero caótico.


Cuando nosotros miramos al mundo, lo vemos como pasmado, pero en realidad es un mundo caótico, parece concentrarse cada vez más alrededor de la pobreza.

Los conglomerados de personas son muestra de pobreza, entre más apretado se vive, más pobre se es. Es evidente que, a más pobreza, más mal se vive.

El desarrollo no siempre conlleva un mejor estilo de vida.

Muchas veces teniendo espacios grandes, uno vive en la soledad excesiva. Es necesario adoptarnos entre nosotros, esto quiere considerar un mundo urbano acompañado por los otros, no el solitario.

Cuando se alcanza un nivel alto de desarrollo, nosotros recordamos menos a aquéllos que nos han transmitido conocimiento y amor a nuestras vidas, como nuestros padres y familia, amigos y vecinos; y lo hacemos sin remordimientos. Para lograr esto se requiere olvidarse de Dios, y del Amor.

Nos volvemos sofisticados, el placer se logra con: "las obras de arte, los productos de tecnología raros y grandes, adquirimos una estructura social muy compleja. Construimos paredes sólidas que rodean a las personas y los hagan inaccesible por los otros, puertas de seguridad y trajes blindados para que nadie entre a nuestro interior.

La vida buena se basa en la concentración de poder, el dominio sobre los otros, en la manipulación de la información, del ambiente, la tecnología y la cosa militar.

Construimos las ciudades de tal manera que los edificios son increíbles y muy inteligentes, de tal manera que deja al desnudo nuestra torpeza, como cuando queremos cruzar una avenida sin puentes peatonales.

Sin ir muy lejos, los conflictos y las rivalidades políticas nos llevan a pérdida de lo poco que ha sido posible obtener durante los siglos, en cuanto a la formación y la coexistencia humana.

Los gobiernos malos, le han deformado la cara a las ciudades. Por no decirlo de la manera correcta "Los políticos le han cagado la cara a la sociedad."

Las guerras, los conflictos entre los pueblos, las ciudades amuralladas, las fronteras cerradas, la codicia; ahí comenzó el proyecto masivo de destrucción de la vivienda digna, la que aún nos queda por edificar, y todo eso lo comenzó a destruir la politiquería, y lo continúan haciendo los politiqueros.

Después de la creación de las ciudades, los constructores podrían diseñar una vivienda que no solo respete a la persona, sino que también motive y resalte la unidad entre las personas que la habitan. Un mundo urbano sin tantos problemas ambientales, sin limitaciones de Transporte, una ciudad donde quepamos todos.

Muchos vivimos en ratoneras, pero con una gran cantidad de problemas de comunicación; tanto interpersonales como de fronteras invisibles impasables, so pena de la propia vida; como elemento constituyente de ciudad. Así, como también los son: la concentración, la dominación, el desorden social, las desigualdades, las batallas por el hambre, la guerra del centavo; como fenómenos  propios de los mundos urbanos.

Donde se esperaba alcanzar sofisticación, diversidad de interacciones, innovación en los procesos que liberasen a los habitantes urbanos de ataduras culturales y religiosas.

A cambio, las ciudades son consideradas como lugares de caos, oscuridad, violencia, disturbios, explotación, vida marginal, aberraciones, opresión, destrucción por parte del estado, entre otros. No hacen mucho por mejorar esto, ni el constructor ni el  empresario.

Por un lado, está el concepto de Ciudad como: aglomeración o concentración de población, por otro lado lo podemos ver como: la organización del espacio, el control y concentración de la vida económica, social y cultural e intercambios comerciales. 
El problema se presenta en los suburbios, aquí hay un mensaje contradictorio, siendo la ciudad una “mejor opción de vida”; los diferentes tipos de asentamientos urbanos nos llevan a adoptar un cierto nivel de abstracción especialmente sicológico, entre las discrepancias de lo ideal y lo real, en ese enorme mundo urbano.

Pero lo más jodido es que, no conforme con lo hecho a este hermoso planeta tierra, muchos grandes eruditos están empeñados en urbanizar el espacio. A cambio de dar soluciones a las necesidades de su propia casa, están metiendo sus narizotas en casa ajena.

Las ciudades, como sus moradores somos únicos, pero lo urbano siempre es incoherente; un poste de concreto atraviesa la vía por donde caminan las personas, los vehículos tienen la prioridad en todo caso.

Los robustos edificios nos impiden calentarnos con la luz del sol, después de caminar todo un día dentro de la ciudad, no es posible hallar un paisaje agradable para descansar y debatir con un grupo de amigos, acerca de las políticas y retos del próximo gobierno, o sobre cómo la ecología logra desarrollarse en la ciudad, y  así, sobre tantos temas que afecta a los pobladores de la gran ciudad de hoy.

Las ciudades son lugares donde se acumulan: los individuos y los edificios, las relaciones sociales, y los problemas, las iglesias y las pandillas, los políticos y los ladrones. Es aquí donde se generan todo tipo de conflictos y problemas de las sociedades.

Las ciudades pequeñas y medianas son las más beneficiadas, debido al auge desmedido de las metrópolis. Ya que muchos prefieren ir a pernoctar en estas pequeñas urbes, a cambio de pasar un mal sueño en las ruidosas y trasnochadoras megapolis.


JoseFercho ZamPer

Colombia

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Tierra de amores y sinsabores
donde la vida alumbró mi ser
allí pasamos bellos momentos
en aquellos días de mi niñez

Tierra de paz con mucha violencia
en campos de guerra yo vi nacer
niños y niñas que allí se criaron
grandes personas pudieron ser

!oh¡ tierra grata de mis amores
tierra de sueños y de placer
donde florecen las amapolas
y por sus frutos mueren también. 

Campos de agua, verdes cultivos
que a sus gentes dan de comer
cuantos valientes dieron su vida
pero tal paz, no pudieron ver.

Muchos deambulas las viejas ruinas
en medio del hambre y la desnudez
que gran pobreza hay en sus almas
por una infancia sin paz ni fe.

Llenan su mente con la esperanza
de que algún día, puedan comer
de ese fruto, que con trabajo
la esquiva paz, motive a volver.

JoseFercho ZamPer