50 años del viaje a la luna.




Según los sabiondos, la Luna se formó hace más de 4,500 millones de años.

Aunque la Luna ha servido de inspiración para poetas y escritores de ficción y demás estilos literarios, también se ha utilizado para investigación y para armar conflictos entre potencias por su conquista.

El programa Apolo comenzó en julio de 1960 cuando yo nací, este programa tenía como objeto, un vuelo tripulado para poder llegar a la Luna, pero a su vez, se convirtió en una competencia con la extinta URSS por obtener un liderazgo aeroespacial.

Cuando aquel 20 julio de 1969, Edwin E. Aldrin y Neil Armstrong llegan a la Luna, yo estaba en el campo, sin televisor y sin posibilidades de verlos, pues para aquella época con tan solo 9 años de edad, ni mis padres tenían como comprar un aparata de esos. Pero sí teníamos un “Radio Sutatenza”, y algo nos enteramos del asunto, y después de eso pasaron varios meses hasta cuando pude ver en la tv de alguien en el pueblo.

Pero hablando de los 50 años que se conmemoran el 20 de julio de 2019, aún hay incrédulos que hablan de un supuesto fraude lunar, en todo el mundo hay quienes creen estos sucesos y quiénes no.

Pienso que, como todas las cosas en este mundo; uno es libre de decidir en qué cree. Además algunos medios de comunicación se encargan de hacer dudar a sus poco instruidos “Tv-oyentes”; y esto porque, la desinformación también deja ganancias.    

Algo que a mí me cuestiona es, ¿por qué por allá no ha vuelto ningún mortal terrícola? Eso en verdad me parece muy extraño. ¿Será que a los gringos no les gustó la luna, porque disque huele mal? O ¿sería que los marcianos ya estaban viviendo allí? Eso dice la película de los transformers.

Porque se dice que; a los astronautas los vigilaban los ovnis y que usaron un canal de radiocomunicación secreto para coordinar acciones con la base en Tierra, o tal vez los Rusos ya habían llegado a la luna y los gringos se sintieron derrotados, y no pudieron volver por esos lares. Alguna cosa rara pasó.

Lo cierto es que la luna ha enloquecido a muchos; los besos bajo la luna, lobos aullando en luna llena, gente lunática, las mareas altas, en definitiva, la luna afecta a la tierra.
A punta de pico y pala, los astronautas recogieron arena y fragmentos de rocas lunares para traerlas a la Tierra, superado ese reto, se dio inicio a una loca carrera espacial. Porque una cosa es llegar a la Luna y otra es conquistar las estrellas.

Tras pasar por la cara oculta de la Luna, el primer mensaje que oyeron los astronautas fue: “Aquí Houston, Madrid acaba de recibir vuestra señal”.

Las primeras palabras tras el alunizaje de Neil Armstrong fueron: “Estoy al pie de la escalerilla. Las patas de aterrizaje sólo se hunden en el suelo 1 ó 2 centímetros, aunque de cerca, la superficie parece muy finamente granulada, casi como polvo, muy fina. Voy a bajar”.

La primera frase de Buzz Aldrin fue: “Quizás para Neil fuera un pequeño paso pero para mí ha sido un bonito salto”. En Houston, quienes escuchaban rieron de la broma, y Aldrin continuó: “Bonito, bonito, una magnífica desolación”.

Los astronautas dejaron en la Luna un disco con mensajes y saludos de todas las naciones del mundo, las insignias y medallas de algunos astronautas y… ¡Un sello de correos de 10 centavos!

“Aquí llegaron a la luna hombres del planeta Tierra. Julio 1969 D.C. Venimos en paz en nombre de toda la humanidad”.

Los trajes de los astronautas les impedían arrodillarse, por eso no lo hicieron.

Siempre habrá quien opine diferente, pues la desigualdad social está ahí presente donde haya seres humanos. Pero no sé si la pobreza de unos, sea razón suficiente para no hacer investigación, aun a pesar de su inutilidad.

“La Luna no es ciencia y tampoco es pan, es circo". Opinó el físico Leo Szilard



JoseFercho ZamPer

Hoy me siento reflexivo




Cuando a los indígenas Nukak les invadieron su territorio casi los extinguen; foráneos hostiles los obligaron a huir de sus tierras.
Esto no ha cambiado aun para ellos, todavía los vemos en la ciudad, pidiendo limosna para comer.
Aunque estaban perdidos en su territorio ancestral, su repentina aparición en la “civilización”, fue toda una sensación a la colombia internacional.

Todo aquello, a lo que ellos eran inmunes, se contagió de enfermedad, y aproximadamente la mitad de su pueblo murió.
Dicen ellos, que los misioneros evangelistas los ayudaron a convertirse en los “Nukak Makú = los últimos del grupo.

Mitos de la creación

Esta es la historia del principio del mundo, cuando el cielo estaba cubierto de oscuridad.

La gran serpiente, la Boa, dio origen a los pueblos de las selvas amazónicas, la primera gente vino al mundo en una canoa culebra que ponía sus huevos en los rápidos de los ríos, saliendo del río Venado, donde fluyen todos los ríos del mundo.

Donde la culebra depositaba sus huevos, ahí se originaba un pueblo, siendo el primero, el mayor o más importante; y cada uno le seguía en la lista, hasta llegar al último en importancia y valía, estos fueron los Nukak. Este fue el “Relato de un Baquiano de la región”

A pesar de su reconocimiento legal en el acuerdo de paz firmado en 2016, donde se incorporó un capítulo étnico en el que se hace mención especial a los Nukak, y donde se establece el retorno, el desminado y la restitución de su resguardo; los Nukak siguen siendo los últimos en importancia y sin poder regresar a sus tierras.

Gran parte de los otrora indígenas nómadas cazadores-recolectores, han sido reducidos a refugiados sedentarios quienes viven en casas improvisados con techos de zinc, no pueden cazar ni pescar como antes; para poder comer dependen de la ayuda del Gobierno o de pedir limosna a los turistas, tratando de vender sus artesanías.

“Nosotros los vimos con nuestros propios ojos”, al sentarnos a almorzar en el restaurante “ni me acuerdo” de san José del Guaviare; casi y nos arrebatan los alimentos del plato, con cara de súplica por su subsistencia.

Donde está el cuidado estatal para con ellos, ignorados tanto por el “gobierno” como por el pueblo. Eran tan solo unos niños, bastantes de ellos, por cierto, quienes llegaban rápidos y ligeros a la mesa, con unos sonidos extraños para mí, mostraban el plato ya casi que, apañándolo con su mano, a lo cual, entendimos que nos estaban pidiendo comida.

La primera vez les di un pedazo de pollo, el niño lo tomo con su mano sucia, y salió corriendo a llevarle a sus hermanitos, quienes, junto a su madre, esperaban en una esquina de la calle, al rato volvieron varios más.

Algo más triste aun, fue el hecho de que un malp… viviente me dice, “el problema de matar un zancudo es que llegan muchos más a su entierro”.

Los Nukak son uno de los, al menos, 65 pueblos indígenas de Colombia en “riesgo inminente de extinción”, según la Organización Nacional de Indígenas de Colombia.

Pero, “Aquí no se puede decir nada. Aquí nadie ve ni dice nada”, asegura un habitante.
Entonces, ¿por qué siguen aquí?, “es la necesidad”, dice.

En la ciudad todo es distinto, todo cuesta, mientras que en el campo uno se levanta, se toma un tinto, desayuna y de una vez va pal monte. Aquí “muchas veces, lloro, porque me hacen falta mi familia” …

La gente piensa que nos traemos los niños solo para ponerlos a mendigar, pero como más vamos a sobrevivir, “lo hago por ellos, por la necesidad”.

El laberinto mental
“Todo esto trae consigo repercusiones en la salud mental”.
En la caminata a “Ciudad de Piedra” pude observar una cantidad de calles y avenidas, a las cuales muchos le fueron dando nombre; tales como: Avenida Boyacá, la calle del cartucho, etc.
“Cuando se está en una situación crítica, y no hay quién nos pueda ayudar”, es cuando necesitamos de los líderes espirituales de la comunidad.

“Las escalas y esas cosas”, no sirven para medir un problema mental en pueblos indígenas. Y muchos no entienden cuando les hablan de “salud mental”, dicen los expertos.

Como entender los problemas de salud mental en los indígenas, si nosotros mismos no tenemos ni idea de la nuestra, pues “andamos más locos quel putas”.

Como en “Ciudad de Piedra”, esos laberintos nos desbarajustan la ubicación mental estática y rígida en la que nos encontramos; así quedé al regresar a la selva de asfalto y concreto, “Bogotá”, ¡más desubicado ¡

Ya en la gran ciudad, al subirme al “Transmilenio”, volví a ver a los “Maku”, una cantidad de personas arrancadas de su lugar de origen, en un alto riesgo en su identidad. Hambrientos, desnudos, tirados en las calles suplicando por un mendrugo; pidiendo limosna en los buses, restaurantes y en cada esquina de la calle.

¿No será que es la sociedad la que está en la inmunda? Y, por ende, está en la última posición. ¿En la del desamparado y abandonado?


JoseFercho ZamPer