El tiempo pasa de prisa

Mis padres eran mis ídolos y su príncipe era yo, 
Ellos todo me lo daban por nada me preocupaba.
Mas esos tiempos pasaron,  ahora tengo que trabajar
Así poderme ganar el dinero para comprar
Todo lo que necesito,  como ayer pude tener.

¿Quién me rompió el corazón?,  aquella primera vez
No recuerdo, porque fue  bastante duro para mí,
A veces pienso que fueron ellos, los primeros que lo hicieron
Ya que siempre me decían, no te preocupes hijo mío
Mira al cielo allí en aquel día, Él tiene un plan para ti
No te preocupes por ahora todo llegará en su hora.

El problema es que crecí, ya ellos no están para mí
Hace tiempo conocí a la chica de mis sueños
Ella llenó el vacío, que me dejaron al partir
El mundo se puso gris, yo era un pobre aprendiz
Yo pensaba que todo era nuestro, muy joven para sufrir

La vida es corta, ahora ya lo sé,
Los años se pasan volando, los hijos crecen de prisa,
Ya el tiempo no alcanza, Jugar con ellos y  abrazarlos
Es de lo más importante, los besos de buenas noches
La oración para ir a dormir.
Ahora que me toca a mí, los comprendo mucho más
Todo eso es parte del ayer, mis manos ocupadas están.
Quisiera regresar allá y esas cosas hacer.

 El viento me trae recuerdos, mis amigos de la infancia
Las andanzas del colegio, los amores juveniles
Los paseos por el campo, los valles, el lago azul,
No te preocupes hijo mío, ya todo eso pasó

He escuchado tu dolor, y también tu corazón


Un hombre no está acabado sino cuando se rinde.

Entre rosas con mi esposa

La noche era larga y el frío aterrador, llueven piedras blancas como diamantes, el sol a se ocultó y no se ve ni la propia sombra. Aún hay mucho por hacer, la candileja se está apagando, ya es poco el petróleo que hay para echarle, y el viento sopla como queriendo dejarme a oscuras.

Ya un poco asustado, y pensando más de la cuenta, escuché una voz como si alguien me llamara: Joselillo, Joselillo me dacia aquella voz, hubiera podido yo caer muerto del miedo sacudido por el violento trueno y esa luz enceguecedora, sería una ilusión o el sueño que me desvanecía, pues en esta casa sólo vivo yo y mi mujer, me dije. Al instante recordé que ella estaba ya acostada y dormida, me volvió el alma al cuerpo pues supuse que era ella quien me llamaba.

Muchas veces pensé en tapar esas goteras que caían sobre la cama cuando llovía así con tantas ganas, pero al otro día se me pasaba pues ya había escampado y ya no me acordaba. Pero uno ya se acostumbra a que le estén echando vaina cada vez que las cosas pasan, apenas abra los ojos en la mañana, me dije, será lo primero que haga para que mi esposa no me deje otra vez con las ganas.

Sin reparar muchas cosas en la casa y tantas otras sin comprarlas ella ya no aguantaba. Y en voz baja, para no despertar sospechas murmuraba.

No estaba la gente aprendiendo casi nada de lo que se le enseñaba, al contrario, perdiendo el tiempo el cual les hacía falta para sus labores diarias, fijó la miraba en sí mismo como diciéndose, ¿Qué estoy haciendo aquí? Más valdría estar haciendo algo útil para mí, envés de estar perdiendo mi tiempo con estas gentes sin esperanzas de vivir.

Como  el agua que correo por los caminos después de un fuerte aguacero, son las personas sin deseos de aprender, se escandalizan ante lo desconocido y corren como gallinas asustadas al ver un ave rapas sobrevolando con ganas de comer.

Y al darse  cuenta de lo exigente de la enseñanza, sabiendo que obligaba a un cambio de actitud, los hombres de aquel lugar prefirieron largarse de una buena vez, lejos de allí envés de cederles algún derecho a su mujer, pues sus mentes perturbadas por el machismo mal fundando, o por la falta de verdadera hombría, creían que la mujer no podría ser igual ni como ellos valer. 

Su marido se acercó con un movimiento tambaleante, como si estuviese algo borracho, aunque inconsciente de que su mujer estaba despierta se le fue arrimando y tiró de la sábana hacia sus hombros y se acomodó juntito a ella como quien busca algo de calor.
Pero al tocar el cuerpo de su mujer, cargado de aromas agridulces, como si estuviese en un trapiche moliendo caña madura, se trasportó a un mundo mágico de pasión y ternura,  de encantos y románticas notas de amor.  Al instante su mujer saltó como liebre en peligro y lo dejó tan frio y pasmado que no tuvo más remedio que dormirse regañado.

Dejando caer lentamente sus párpados, olvidando sus buenos pensamientos, se abandonó al sueño que regresaba, después de estar ya casi dormido en aquel bar en  donde andaba.

Sólo volvió a despertarse cuando le cantó el gallo junto al oído, pues su mujer lo hacía dormir con las gallinas cada vez que tomado llegaba.

Pobre Joselito, negras eran sus noches de vagancia, solo con el tiempo y la paciencia, se contentaba con su amada, esperaba a que se cansasen sus ganas y ya sin fuerzas de pelear, ella misma se daba sus mañas cuando llegaba al mundo la mañana, para así hacerle saber que ella era quien mandaba.

Pero al cantar por tercera vez el gallo a la alborada, a toda marcha tenía que levantarse de la cama.  Las labores del campo eran duras y pesadas que no quedaba tiempo para tanta melosería con la almohada.

Joselillo miro al cielo, el sol había madrugado, no había ni siquiera una nube en el horizonte, un color único empezando a brillar, era un amanecer especial, no quedaba ya rastro de lo que había sido esa noche infernal. En su vida no había visto un cielo como éste, tan hermoso que daban ganas de llorar, por lo espectacular.

Aunque en las conversas de los viejos ya algunos hablaran de esas raras mañanas de navidad, donde se fundían los cielos con la lluvia y la tierra se llenaba de felicidad. En esos tiempos en los cuales del cielo llovía el maná, y en la tierra había hombres que sabían respetar.

 Fue así como Joselillo poco a poco fue dejando sus temores y su alma comenzó a llenarse de esperanza, no era para menos pues lo que sus ojos veían lo dejaba sin palabras más que las que su mente podían repetir a cada instante, Alabado seas tú, Señor, por esto tan maravilloso que puedo disfrutar.

Sabemos que Joselillo era hombre poco conocedor de la vida, y sin talento para perfecciones cuando de finuras se trataba, aun así, estas insuficiencias no deberían preocupar a los oyentes, pues el tiempo y la experiencia, lo habían formado en paciencia.

Él era capaz de insistir sin desmayar, aunque su rostro lo acusara, no lo podríamos juzgar de hombre sin talento para esperar,  ya que tiempo le sobraba pues convencido estaba que la vida aunque corta, muchos años podía durar. Con paciencia y en la práctica, la sabiduría podía hallar, la sensibilidad que había en su alma a muchas personas sabia tocar.

No esperando más de lo que podía dar,  y pese a su escasez, grandes metas pudo alcanzar.

Por razones aún desconocidas, un hombre puede aspirar mucho más de lo que puede ser o tener.  De en medio de una misma sociedad salen hombres distintos, unos necios, otros tontos, y otros más pocos con algo de sabiduría. ¿Por qué razón? No lo sé. Y el tiempo está escaso para andar buscando explicaciones a lo que no podemos entender.

Por estas razones cada persona tiene sus propios intereses, Joselillo hombre ingenuo y torpe de entendimiento, pensaba que todo ser humano era bueno, que todos buscaban el bien ajeno.

Joselillo, un campesino atrapado en una región de gentes muy pobres, pero con grandes riquezas. Como todos allí sabía muy poco de la vida, sus necesidades eran pocas y su nivel de exigencia mucho menor, ya que la tierra les daba para comer y algo más. Allí se casaban, tenían hijos y se morían de viejos, y eso era todo para ellos, no necesitaban más nada ya que no tenían más nada por hacer. 

Poco a poco la ciudad se iba acercando al campo, las ambiciones de los empresarios los llevaba a expandir sus negocios y esto los hacia ir hasta donde hubiese gente, para ofrecerles todos esos productos que le dan solución y satisfacción a toda necesidad.

Rápidamente fueron llegando los televisores, celulares, computadores y demás aparatos mágicos que llevan tanta felicidad a sus usuarios. Todas estas maravillas desataron el caos en la región debido a los costos que ellos implican y a la calidad de sus enseñanzas, pues ¿Quién controla a los que nos controlan?  Y esto sin nombrar la calidad de la señal que por allá llega. 

Claves para alcanzar el éxito

·       Levantarse temprano y dar gracias a Dios antes de iniciar labores, ser puntuales. No dejar todo para última hora.
·       Comer menos comida chatarra, alimentarse más sanamente.
·       Hacer ejercicio al menos 4 veces por semana.
·       Concentrarse en lograr un objetivo, no varios a la vez.
·       No jugar tanto al tin marin.. o sea, no vacilar tanto para hacer algo sino ir a la fija. Ponerse metas por escrito, tomar una decisión.
·       Usar lista de tareas por hacer a diario.  Agenda.
·       Escuchar buenos programas radiales, leer 30 minutos o más cada día para formación o por razones profesionales, motivar a los hijos a que lo hagan también. Ser disciplinado.
·       Ver poca televisión, o ver lo que en verdad alimente el alma, no tantas novelas ni programas basura.
·       Ser voluntarios en alguna causa u obra benéfica.
·       Alimentar su red de contactos, saludar y tratar bien a sus amigos y familiares. Llamar para felicitar a los cumpleañeros del día.
·       Practicar y enseñar buenos hábitos a sus hijos, sabiendo que ellos nos mejoran las relaciones personales y ayudan al éxito.
·       La educación y el auto superarse es valiosísimo para la vida laboral y familiar.
·       Disfrutar lo que se hace, hacerlo con agrado, ponerle ganas, no por obligación.
·       No andar diciendo todo lo que se piensa, sino hablar con sabiduría.
Joseferchozamper