De salvador a villano.

 



El conflicto.

Cuando los policías entraron a mi casa en el campo, interrumpieron con el hambre de hallar alguna cosa que les permitiera involucrarme en, ¿Quién sabe que crimen?

 En horas de la madrugada, un grupo de policías armados ingresaron a mi casa allá en el campo. Yo estaba aún dormido, pero los ruidos de la puerta al ser azotada a golpes, me despertó.

 Intenté levantarme de la cama cuando entraron al cuarto y apuntaron con sus armas, me sometieron, me amarraron las manos con cintas y me hicieron una cantidad de acusaciones e interrogaciones que, a la final ni me enteré de que era lo que buscaban.

 Pero, sí actuaron con violencia durante los 30 minutos que duró el asalto.

 Me golpearon el rostro contra la tierra, me sentí impotente y furioso al mismo tiempo.

Ya me siento bien, aunque me duele el orgullo por el acto tan chambón que cometieron.

 Pues, ¿Qué trabajo les había costado preguntar sus pendejadas sin violencia, y en horas laborales?

Estos agentes querían algo que yo no tenía.

Dicho asalto quedó grabado por las cámaras instaladas en el predio, al percatarse del error cometido, me pidieron borrar las grabaciones. Pero, les dije; “ya es demasiado tarde, pues ellas graban en la nube, y ya deben haber activado las alarmas a la policía del pueblo.

En el video registrado por la cámara de seguridad, se veía todo el operativo, este pasó a manos de las autoridades.

Me bebí ese trago amargo, con la misma alegría que Sócrates se debió la cicuta.

Soy apenas un personaje de gran imaginación, les dije como respuesta a sus preguntas.

Entretejiendo mis recuerdos de ficción, en mi calidad de testigo de tal situación, quedé bajo investigación rigurosa acerca de un crimen que nunca sucedió.

Había estado contemplado el mar el día anterior, en buscas de mi musa. Pero, al parecer me envió refuerzos a mi casa, más su cara nunca me mostro.

Todo porque había creado una historia ficticia, un cuento de novela de un mundo irreal, quien debiera existir en realidad.

El asunto era que este personaje estaba ubicado en otra galaxia semejante a la nuestra.

En verdad es que hay muchos y malos lectores, patéticos en verdad. Leen en idiomas incompatibles con la razón, no despojan su mente de las bajas pasiones cotidianas que los motivan a ser peores personas.

Por áspero que suene, desde el punto de vista emocional, un lector debe saber diferenciar entre lo imaginario e irracional y el mundo real.

Muchos se pasan la vida en una rutina maquiavélica de intercambios de malas noticias sobre las personas que viven en la ciudad. Se consuelan con saber que a otros les va mal.

Entonces así, aplazan sus vidas hasta que se dé el momento propicio para ponerse a trabajar.

Soy de la clase de escritor que hace sus ficciones en primer lugar con las emociones de su experiencia personal.

Desde ese día, cada vez que visitaba la casa en el campo, me entraba cierta curiosidad de saber que era lo que había pasado.

En toda guerra hay perdedores, y siempre son “El pueblo”.

Los azotes en la juventud con el cinturón en la espalda, el no pago de la renta, pasar tiempos arrimados en casas pequeñas y en mal estado. Son unas de las varias dificultades por las que hemos pasado muchos es este mundo.

El vuelo.

El clima era maravilloso, se podía observar a la distancia la naturaleza verde y el cielo azul, de repente se desató el caos.

La torre de control de un lugar distante alertó al capitán del avión con un mensaje aterrador. “El espacio aéreo está contaminado”.

A una altura de diez mil pies las cosas se complican un poco para evitar las nubes peor aun cuando dicen estar contaminadas de algo extraño.

Empezaba a llover sobre el avión, sin embargo, no había suficiente combustible para rodear las nubes, ya que estaba nublado en medio país.

Se perdió el contacto con la torre de control, ocho minutos y medio después se escuchó en la radio que un avión explotó en el aire fragmentándose en miles de pedazos.

El piloto del avión se disponía a atravesar el espacio aéreo, cuando un controlador le ordenaba no hacerlo. 

Aunque la congestión en los aeropuertos complica las llegadas y salidas de los aviones, algunos terminan bien sus rutas, a pesar de la incertidumbre.

A unos minutos antes de la llegada, el cielo se oscureció repentinamente y una tormenta feroz se desató.

El piloto luchaba contra las turbulencias mientras los pasajeros atemorizados, se miraban entre sí, preguntándose si el viaje terminaría en desastre.

Con cada movimiento del avión, el estómago se me salía de a pocos.

El piloto y su copiloto sabían que debían actuar rápidamente para evitar un desastre, mientras el avión comenzaba a descender.

Controlador: vuelo 039, ¿me copia? El área todavía está restringida. Si quieren seguir adelante será bajo su propio riesgo.

Piloto: De acuerdo, en ese caso necesitamos seguir porque no tenemos suficiente combustible para ir a otro lado.

Controlador: Acabo de recibir aviso de que no pueden recibirlos en el aeropuerto por falta de espacio. así que van a tener que buscar otra alternativa

Piloto: Pero, entonces ¿Qué hacemos? Indíquenos un aeropuerto alterno.

 Controlador: "Vuelo 039 adelante".

 Piloto: "Estamos pensando declararnos en emergencia.

 Controlador: “Vuelo 039”. Quedan autorizados a seguir al aeropuerto, pero, como les dije, si van a atravesar ese espacio aéreo será bajo su propio riesgo.

 Piloto: Si Señor, queremos proceder adelante. En ese caso, nos declaramos en emergencia. Mayday, mayday, mayday.

 Controlador: Vuelo 039.  Recibido. ¿Cuántas almas están a bordo?

 Piloto: "Almas a bordo, 180. Esperamos que no tengan que abandonar sus cuerpos.

 ¿Su mente está lista?

Los fines de semana unos van a jugar tenis, otros pueden jugar golf con los amigos o socios, algunos más juegan al futbol o basquetbol, en fin, se hace deportes los fines de semana.

Lo bueno es que yo podré ir caminar al campo hasta alguna montaña o sitio desde donde puedo mirar a lo lejos y contemplar la naturaleza, desde donde escucho a casi todo el mundo. Y, eso es lo que me hace sentir un ser privilegiado, casi especial.

Mientras muchos tienen hasta 3 trabajos para poder funcionar, yo me bandeo con uno solo, aunque es lógico que tengo varios faltantes de dinero y de cosas en casa, he llegado al punto de tener claro que con un solo Televisor en casa es suficiente, y que no necesito cambiar de mobiliario tan seguido, pues la felicidad se compone de cada momento que disfruto y aprovecho con mi familia y amigos. Es e es el punto.

 Todos somos unos.

Los humanos somos expertos en apropiarnos de logros ajenos. Nos obsesiona la grandeza, la conquista, la inteligencia. Ahí está la ironía.

Nos pasamos la mayor parte del tiempo, leyendo, porque nos encanta decir que la lectura nos hace más inteligentes, pero en realidad no nos hace más humanos, porque no ejercitamos la empatía. Tampoco escuchamos la voz del otro, ni comprendemos sus dolores, mucho menos nos pone en los zapatos de alguien más.

La justicia no siempre es justa.

Quien controla el lenguaje, controla el pensamiento. La historia nos muestra que quienes han sabido controlar su lengua y su lenguaje, puede ser la voz de una nación.

La verdadera hazaña es “Ser humanos”.

Cuando tú decides ayudar al necesitado, ayudarlo a curarse de su pasado, cuando decides quedarte pudiendo irte, cuando ayudas a otros a entenderse, nos estas mostrando la verdadera grandeza del ser humano.

Porque no es la Luna ni las estrellas, tampoco las rosas rojas las que demuestran que tú amas, sino que es; el amor con el que te das al otro, lo que demuestra el amor que dices tener por el otro.

Aunque, ya lo dejaste claro, tú no pediste mi opinión, pero, solo quiero hacer notorio mi punto de vista en cuanto a los deleites de la vida.

En lugar de recurrir a expresiones que generen vergüenza, construyo y motivo.

 Al final de todos mis reclamos, me dijeron; discúlpenos, “No pasó nada, Todo está bien, Fue un malentendido de nuestra parte”.

 Feliz lectura.

Bendiciones…

 JoseFercho ZamPer

A la hora de relacionarnos.

 


El único egoísmo inteligente es procurar el bien ajeno, para sentirme mejor.

Cuando nos relacionamos con los demás; sea con la pareja, con la autoridad, o personas en general, siempre estamos buscando una comunicación asertiva. Se trata de cuidar, de dar, de servir, porque se ama.

Con seguridad que esa persona con la cual nos relacionamos se sentirá mucho mejor cuando se sienta bien tratada. Entonces, se convertirá en lo que está llamada a ser.

Se sentirá con mucha más confianza para expresar sus sentimientos, aprenderá a no callar lo que piensa, a sobre llevar sus cargas sin dejarse aplastar por ellas.

Porque al estar en un lugar donde se siente escuchado y sobre todo querido, se siente agradado y complacido. 

Para ello necesitamos aprender a no tener en la mente: juicios, opiniones ni calificativos de la persona con la que vamos a compartir. También de uno mismo.

Me parece en gran medida muy desafortunado que cuando estamos hablando con alguien, como un acto inconsciente, de repente nos encontremos tratando de identificar su perfil de personalidad, o de ver qué tipo de ayuda necesita sin antes haber escuchado sus necesidades o lo que tiene que decirnos.

Tratamos de analizar a las personas y ubicarlas en un tipo perfil psicológico supuestamente para poderlas ayudar, pero sin darles la oportunidad de conocer sus inquietudes o sus historias.

Necesitamos aprender a valorar la calidez humana, la forma de darnos a conocer, como brindar conocimientos desde el corazón sin que nos rechacen por petulantes o creídos.

Aprender a generar confianza, a tener paz, tranquilidad, seguridad hasta alcanzar una intimidad que nos convierta en familia con el otro. Eso sí que es terapéutico.

Crecemos poco a poco hasta la madurez, soltando de a pocos hasta sentirnos libres.

Necesitamos darnos la oportunidad de conocernos a nosotros mismos primero, eso es maravilloso; irnos descubriendo y conociendo para seguir adelante, para querernos y aprender a querer mejor a los demás.

Es un regalo, un don muy especial.

 

Me doy permiso para…

“ser generoso, y elijo con quién serlo para mantener el equilibrio entre el dar y el recibir”.

Cada vez son más los que quieren todo para sí mismo, y entran en el juego de amontonar, acumular, vivir empachados.

Me siento mejor cuando las miradas son mutuas, cuando las sonrisas se alinean con la situación, cuando caminamos en equilibrio los dos, cuando experimentamos las cosas con dolorosa intensidad y las dejamos ir para siempre; así todo es más saludable.

Decido conocerte en el silencio, y a través de las palabras, con tus y mis miedos, antes que se desvanezcan para siempre. A partir de cada uno de esos momentos cuando decido no huir, cuando decido explorar hasta conseguir la abundancia de tu corazón que te caracteriza en este mundo.

El hecho de darnos permiso nos hace fuertes y generosos, nos nutre con el poder de conectar y despertar a la comunicación y al conocimiento humano.

Los estados del YO.

El sentido del deber. Sin él, no tendrás normas, no sabrás ponerse límites, no respetarás la ley ni las tradiciones, no vivirás en armonía.

El sentido de realidad. Es el sentido común, la capacidad de darse cuenta de lo que pasa fuera y dentro de ti.

El sentido de las emociones fundamentales. Es ese niño o niña que llevamos dentro.

Tiene que haber un equilibrio entre esos 3 estados del yo.

El Mundo sería un lugar muy complicado sin tener el control de lo que somos.

Todos tenemos en nuestro ser interior un padre, una madre, un adulto, un niño, el sentido del deber y del amor, que nos enseña a integrar en nosotros el sentido de vivir. Así es como funcionamos.

“Aunque nada cambie, si tú cambias todo cambia”.

Me doy el permiso de ser auténtico. Cuando me conozco puedo mejorar y te puedo conocer de mejor manera. Siendo un adulto sano puedo ser más expresivo, más cariñoso, analizar mejor, me permite poner límites, ser autentico, y así saber llevar situaciones sociales que agotan.

Sin ellos, caemos en la tristeza, en la depresión o incluso en no tener ganas de vivir.

Un aliado para la memoria y la organización.

Hablar contigo mismo con palabras amables y positivas, activa múltiples áreas del cerebro simultáneamente, lo que fortalece las conexiones neuronales, además de ayudar a estructurar mejor tus pensamientos, activa una representación visual en tu mente, lo que facilita la orientación y la concentración.

Leer notas o listas de tareas en voz alta también resulta ser una excelente manera de fortalecer la memoria.

Un impulso para la motivación y la gestión del estrés.

Más allá del aspecto cognitivo, hablar con uno mismo juega un papel importante en la regulación emocional.

Esta forma de diálogo interno nos permite observar nuestras emociones y nuestros propios pensamientos, y nos lleva a adoptar una actitud más racional y menos agobiada por el estrés, favoreciendo así el bienestar emocional.

 Las personas que se sienten abrumadas por pensamientos negativos pueden hablar en voz alta consigo mismos, esto ayuda a calmar y monitorear el flujo de pensamientos.

Al articular sus ideas, resulta más fácil examinarlas desde una perspectiva más objetiva, lo que puede ayudar a frenar los ciclos de rumia que a menudo se asocian con los trastornos de ansiedad.

Si tienes dificultad para comunicarse con otros, primero habla contigo mismo, así podrás maximizar tus capacidades cognitivas, y sabrás que decir en esos momentos.

Estos diálogos consigo mismo deben ser conscientes, de lo contrario no funcionarán.  

 

Feliz Mañana, tarde y noche.

Bendiciones.

 

JoseFercho ZamPer.