El
conflicto.
Cuando los policías entraron
a mi casa en el campo, interrumpieron con el hambre de hallar alguna cosa que
les permitiera involucrarme en, ¿Quién sabe que crimen?
Ya me siento bien, aunque me duele
el orgullo por el acto tan chambón que cometieron.
Estos agentes querían algo que yo no tenía.
Dicho asalto quedó grabado por las cámaras instaladas en el predio, al percatarse del error cometido, me pidieron borrar las grabaciones. Pero, les dije; “ya es demasiado tarde, pues ellas graban en la nube, y ya deben haber activado las alarmas a la policía del pueblo.
En el video registrado por la cámara de seguridad, se veía todo el operativo, este pasó a manos de las autoridades.
Me bebí ese trago amargo, con la misma alegría que Sócrates se debió la cicuta.
Soy apenas un personaje de gran imaginación, les dije como respuesta a sus preguntas.
Entretejiendo mis recuerdos de ficción, en mi calidad de testigo de tal situación, quedé bajo investigación rigurosa acerca de un crimen que nunca sucedió.
Había estado contemplado el mar el día anterior, en buscas de mi musa. Pero, al parecer me envió refuerzos a mi casa, más su cara nunca me mostro.
Todo porque había creado una historia ficticia, un cuento de novela de un mundo irreal, quien debiera existir en realidad.
El asunto era que este
personaje estaba ubicado en otra galaxia semejante a la nuestra.
En verdad es que hay muchos y malos lectores, patéticos en verdad. Leen en idiomas incompatibles con la razón, no despojan su mente de las bajas pasiones cotidianas que los motivan a ser peores personas.
Por áspero que suene, desde el punto de vista emocional, un lector debe saber diferenciar entre lo imaginario e irracional y el mundo real.
Muchos se pasan la vida en una rutina maquiavélica de intercambios de malas noticias sobre las personas que viven en la ciudad. Se consuelan con saber que a otros les va mal.
Entonces así, aplazan sus vidas hasta que se dé el momento propicio para ponerse a trabajar.
Soy de la clase de escritor que hace sus ficciones en primer lugar con las emociones de su experiencia personal.
Desde ese día, cada vez que visitaba la casa en el campo, me entraba cierta curiosidad de saber que era lo que había pasado.
En toda guerra hay perdedores, y siempre son “El pueblo”.
Los
azotes en la juventud con el cinturón en la espalda, el no pago de la renta, pasar
tiempos arrimados en casas pequeñas y en mal estado. Son unas de las varias dificultades
por las que hemos pasado muchos es este mundo.
El vuelo.
El clima era maravilloso, se podía observar a la distancia la naturaleza verde y el cielo azul, de repente se desató el caos.
La torre de control de un lugar distante alertó al capitán del avión con un mensaje aterrador. “El espacio aéreo está contaminado”.
A una altura de diez mil pies las cosas se complican un poco para evitar las nubes peor aun cuando dicen estar contaminadas de algo extraño.
Empezaba a llover sobre el avión, sin embargo, no había suficiente combustible para rodear las nubes, ya que estaba nublado en medio país.
Se perdió el contacto con la torre de control, ocho minutos y medio después se escuchó en la radio que un avión explotó en el aire fragmentándose en miles de pedazos.
El piloto del avión se disponía a atravesar el espacio aéreo, cuando un controlador le ordenaba no hacerlo.
Aunque la congestión en los aeropuertos complica las llegadas y salidas de los aviones, algunos terminan bien sus rutas, a pesar de la incertidumbre.
A unos minutos antes de la llegada, el cielo se oscureció repentinamente y una tormenta feroz se desató.
El piloto luchaba contra las turbulencias mientras los pasajeros atemorizados, se miraban entre sí, preguntándose si el viaje terminaría en desastre.
Con cada movimiento del avión, el estómago se me salía de a pocos.
El piloto y su copiloto sabían que debían actuar rápidamente para evitar un desastre, mientras el avión comenzaba a descender.
Controlador: vuelo 039, ¿me copia? El área todavía está restringida. Si quieren seguir adelante será bajo su propio riesgo.
Piloto: De acuerdo, en ese caso necesitamos seguir porque no tenemos suficiente combustible para ir a otro lado.
Controlador: Acabo de recibir aviso de que no pueden recibirlos en el aeropuerto por falta de espacio. así que van a tener que buscar otra alternativa
Piloto: Pero, entonces ¿Qué hacemos? Indíquenos un aeropuerto alterno.
Los
fines de semana unos van a jugar tenis, otros pueden jugar golf con los amigos
o socios, algunos más juegan al futbol o basquetbol, en fin, se hace deportes los
fines de semana.
Lo
bueno es que yo podré ir caminar al campo hasta alguna montaña o sitio desde donde
puedo mirar a lo lejos y contemplar la naturaleza, desde donde escucho a casi todo
el mundo. Y, eso es lo que me hace sentir un ser privilegiado, casi especial.
Mientras
muchos tienen hasta 3 trabajos para poder funcionar, yo me bandeo con uno solo,
aunque es lógico que tengo varios faltantes de dinero y de cosas en casa, he
llegado al punto de tener claro que con un solo Televisor en casa es
suficiente, y que no necesito cambiar de mobiliario tan seguido, pues la felicidad
se compone de cada momento que disfruto y aprovecho con mi familia y amigos. Es
e es el punto.
Los
humanos somos expertos en apropiarnos de logros ajenos. Nos obsesiona la
grandeza, la conquista, la inteligencia. Ahí está la ironía.
Nos
pasamos la mayor parte del tiempo, leyendo, porque nos encanta decir que la
lectura nos hace más inteligentes, pero en realidad no nos hace más humanos,
porque no ejercitamos la empatía. Tampoco escuchamos la voz del otro, ni
comprendemos sus dolores, mucho menos nos pone en los zapatos de alguien más.
La
justicia no siempre es justa.
Quien
controla el lenguaje, controla el pensamiento. La historia nos muestra que
quienes han sabido controlar su lengua y su lenguaje, puede ser la voz de una
nación.
La
verdadera hazaña es “Ser humanos”.
Cuando
tú decides ayudar al necesitado, ayudarlo a curarse de su pasado, cuando decides
quedarte pudiendo irte, cuando ayudas a otros a entenderse, nos estas mostrando
la verdadera grandeza del ser humano.
Porque
no es la Luna ni las estrellas, tampoco las rosas rojas las que demuestran que tú
amas, sino que es; el amor con el que te das al otro, lo que demuestra el amor
que dices tener por el otro.
Aunque,
ya lo dejaste claro, tú no pediste mi opinión, pero, solo quiero hacer notorio mi
punto de vista en cuanto a los deleites de la vida.
En lugar de recurrir a expresiones que
generen vergüenza, construyo y motivo.
Bendiciones…