Caminar es: hacer ejercicio, contemplar la naturaleza, meditar, y todo esto nos calma la ansiedad y nos da paz.
En todas las regiones de nuestro Santander y Colombia entera, se pueden encontrar grandes maravillas naturales como para querer visitarlas y apreciarlas de cerca. Tales como quebradas, ríos, lagunas, cascadas, montañas y lo mejor de todos, sus gentes.
Ir desde el Socorro caminando hasta cualquiera de sus municipios vecinos, es recorrer unos cuantos kilómetros con ganas y corazón.
Aunque ya son muy pocos los caminos de herradura que hay, aun se encuentran algunos cuantos tramos de ellos, dignos de conocer y recorrerlos.
Disfrutar de aire puro, aguas limpias, paisajes agrestes, es emocionante, algo indescriptible con meras palabras.
Hasta el cerebro se siente un tanto abrumado por la abundante oxigenación que recibe.
Podemos dejar la pereza y el sedentarismo de lado, tal cual domingo y salir a darnos un baño de sol y compañerismo, al caminar en grupo nos sentimos mas confiados, mas seguros y alegres.
A quienes nos gusta salir al campo a caminar, subir montañas, meternos a los ríos, sabemos que hay mejores planes; pero tan sanos y baratos que estos, no lo creo.
Muchas veces nos arriesgamos al pasar por pantanos, por barriales, por sitios fríos, u otros mas calientes, pero vale la pena el esfuerzo. A la final, en este mundo hasta durmiendo podemos estar en peligro.
Aunque los cambios de altura algunas veces nos hacen pensar mal, y nos llevan muchas veces a decirnos “¿Por qué me metí en estas, si estaba tan cómodo en casa?”.
En una caminada hay expertos y principiantes, pero a todos se nos arruga el corazón en medio del bosque o de la niebla, de las montañas empinadas o de los extensos valles, pero en esos momentos es cuando nos sale lo valiente y no damos marcha atrás. Porque las ganas de mirar desde lo alto de las montañas y ver el azul del cielo y el verde de la naturaleza nos impulsa a seguir adelante.
Unos caminan en silencio, otros charlan con sus compañeros, otros van con la vista puesta en el camino para no tropezar, pero todos tomamos aire en abundancia para darle vida al cuerpo cansado.
Por allí se escucha el cantar de la aves, el latido de los perros, el silbido del viento, todos felices de ver caras nuevas. ¡Nos sentimos libres!
Dependiendo del clima, así mismo es la ropa. Los caminantes recomiendan el uso de los bastones, para apoyarse y evitar caídas, ayudan a no cansarse tanto, también para espantar a algún incómodo visitante.
No hay nada más agradable que encontrarse con los amigos para salir a divertirse, es muy sabroso.
Todo es maravilloso en el camino, la lluvia, el sol, la brisa, los paisajes, conectarse con la naturaleza para disfrutarla, y mejor aun, sentarse a compartir un bocado caliente o frío del mecate que se lleva. Que rico.
Durante la semana, muchos vivimos el estrés de la ciudad, sus cargas y sus afanes, pero el fin de semana hay tiempo para el cambio, para dejar de lado todo y salir corriendo al campo, a la naturaleza, al verde natural.
El estrecho vínculo de la amistad se alimenta con el silencio profundo de un corazón agradecido.
Tomar fotos al paisaje, a las flores, a los pájaros y a las personas del camino es algo maravilloso, ya que nos permite recordar lo sabroso de la jornada.
Con esfuerzo y tesón se logran los objetivos.
En Colombia hace varios años hay grupos de caminantes, reunidos en asociaciones, los cuales tienen su encuentro nacional de caminantes. Esto nos lleva a hacer algo mas que caminar, también a cuidar la naturaleza, a practicar el eco turismo, y ha trabajar por la restauración de caminos antiguos que sirvan para dichos propósitos.
Somos, sin duda, personas que amamos la naturaleza y lo natural, y también la salud.
Si quiere caminar, únase a uno de los grupos de caminantes de su región, es por su bien.
En Colombia existen cientos de kilómetros de caminos reales en piedra, que fueron las vías de conquistadores, arrieros y campesinos.
joseferchozamper
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