LAS AVENTURAS DE UN NAUFRAGO


By  JoseFerchoZamPer

Recuerdo que hace muchos, pero muchos  años, vivía en otro lugar al cual lo llamaban el paraíso, el edén o el cielo; por lo hermoso y armonioso del lugar y sus gentes.
Mis padres suplían todo lo necesario para vivir allí, amor, afecto, cariño,  compañía y todo lo demás que fuera necesario para una vida agradable.
Un día mi padre me informó sobre un viaje  a un paraíso terrenal, en un lugar hermoso y maravilloso lejos de allí unos nueve meses de viaje, en una nave nodriza. 
Me describieron el lugar como algo encantador casi mágico, donde no faltaba nada, pues todo lo suplía la naturaleza de aquel lugar. Eran verdes montañas y aguas cristalinas llenas de vida, personas maravillosas con gran aprecio por las otras especies.
Esto  me alegró mucho, pues se trataba de una nueva vida en un mundo distinto pero feliz, con grandes expectativas, era toda una aventura a vivir.
Me describieron el viaje como algo tranquilo y suave, pues durante  todo el tiempo estaría dentro de una cápsula  con un ambiente tibio y acogedor, y casi todo el tiempo lo pasaría durmiendo.
La realidad fue bastante distinta, los primeros tres meses fueron como en medio de una tormenta pues era muy agitado todo por allí, se escuchaban llantos y discusiones, muchas veces se sentían como si la nave se comprimiera  y quisiera  expulsar todo lo que llevaba dentro.  Sentí mucha soledad y frio, era como si estuviese en la nave equivocada o como si  no  me quisieran llevar.
Tiempo después comencé a sentirme algo mejor, era más suave y tibio el ambiente, pero seguía sintiendo bastante actividad en aquella nave como si todos estuviesen muy ocupados,  esto me despertaba seguido por los movimientos bruscos de la nave. Me mareaba y me daban ganas de no estar allí.
Conforme pasaba el tiempo sentía más la necesidad de salir a moverme, a caminar y hacer las cosas que hacía antes en casa, pues el espacio donde me encontraba era bastante reducido.
Comencé a sentirme  cansado y con ganas de llegar pronto, la nave se detenía cada vez más seguido a cargar combustibles y víveres para el viaje debido a que se fatigaba más rápido y no podía  hacer recorridos tan largos. 
Así pase varios meses en medio de la tensión del viaje y la necesidad de moverme, hasta que un día al fin llegamos y parece que el aterrizaje fue algo forzoso pues escuche sirenas y gente moviendo de prisa por todo lado.
Para mi sorpresa las gentes allí eran muy iguales a mi pero mucho más  grandes y actuaban diferente era como si todo fuera un caos. Pero mi mayor  sorpresa fue  que no podía caminar ni hacer nada, como si estuviera impedido para todo.  La gente me miraba y se alegraban, se reían y tenían  expresiones extrañas, yo solo podía llorar y sonreír, me daban de comer y me cuidaban, unas veces unas personas grandes y otras pequeñas, así permanecí  como otros nueve meses.
No veía a mis padres a quienes conocía de antes,  me decían que ahora mis  padres eran otros, aquellos que me cuidaban y veían de mi, pasado ya un buen tiempo me fui acostumbre  a ellos.
Prepararnos para la vida significa aprender, todo lo que vemos,  oímos y sentimos enriquece nuestro mundo, si todo eso es negativo, nos daña y nos impide ser personas de bien.
El medio donde crecemos es muy importante, de eso depende  nuestro futuro, todo lo que aprendemos de niños marca  nuestra vida de adultos.
Mi casa de niño era todo mi mundo, mis padres, hermanos eran todo lo que tenía, por lo tanto allí fue donde aprendí a ser persona, a amar, a dar, a servir pues estas son las opciones que tenemos para escoger.
De nuestros padres aprendemos lo inicial pero básico para el  mañana,  de ellos depende nuestro buen o mal vivir en el futuro, pues allí  es donde se forman la bases para edificar la vida  del ser humano.
Si tus padres te amaron y te aceptaron, esto mismo sentirás por los demás en tu vida, de lo contrario tendrás grandes dificultades con tu alrededor y tienes por tarea aprender a amar si quieres ser feliz; sino serás infeliz toda tu vida, como un naufrago solitario en medio de la gente.

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